Después de los sucesos políticos que concluyeron con la renuncia de Manuel Merino de Lama a su efímera y accidentada Presidencia de la República y ya calmados los ánimos de los manifestantes que recorrieron las calles de la gran Lima y de varias ciudades del país, a alguien se le ocurrió acuñar el nombre de “Generación del Bicentenario” para identificar a los jóvenes que participaron con entusiasmo y rabia en este gran encuentro social pero con inocultable fervor político.
Como sucedió en España, hace algunos años, con los “Indignados”, que salieron en defensa de los Derechos Humanos, estos eventuales representantes de la juventud peruana de hoy han pasado a la historia política de este trágico 2020. Un año que ya termina entre calamidades, acontecimientos políticos singulares y leyes populistas que pueden herir de muerte a la economía del Estado peruano.
Lo importante es que estos jóvenes de la “Generación del Bicentenario” no se queden en las luchas callejeras y en las fervorosas declaraciones populistas sino que comiencen a estudiar y comprender la realidad peruana actual que estamos viviendo al filo de la conmemoración de los dos siglos de independencia nacional proclamada por don José de San Martín y muchos insignes próceres peruanos -.militares y civiles- que según Jorge Basadre tuvieron por primera vez la conciencia de “PATRIA”.
Esta juventud que tan entusiastamente ha salido a defender la democracia como sistema político y recusar las viejas corruptelas que afectan los predios de la política nacional y las colectividades que en ellos se han enquistado desde hace muchos años deben ser agentes de cambio.
Que esta “Generación del Bicentenario” no se quede en el nombre de pila que han recibido en los medios de comunicación ni solo en lo merecidos homenajes a quienes sacrificaron su vida en esta lucha callejera sino que esperamos que también tomen conciencia de lo que es la Patria en su conjunto con sus instituciones representativas y sus ideales más excelsos. Que ellos se hagan merecedores de la herencia luminosa de nuestros próceres y héroes que en estos dos siglos han contribuido de muy diversas maneras a la creación de un Perú independiente y soberano.
Es de extrema importancia que en los centros educativos –especialmente en las universidades- se fomente el estudio y la investigación histórica de los “Anales de la Independencia” para que los estudiantes conozcan la verdad de nuestra historia republicana desde los primeros momentos de la conspiración independentista y el compromiso de los civiles (convocados por sus autoridades locales) hasta las grandes batallas que los ejércitos patriotas escribieron con sangre, valor y fe en la causa emancipadora.
