Para el pueblo ucraniano, la invasión rusa es una catástrofe humanitaria de dimensiones aterradoras.
Pero más allá de las fronteras de Ucrania, la crisis podría arrastrar a 1,700 millones de personas a la pobreza y el hambre en una escala no vista en décadas.
En Ucrania y Rusia se genera un 30% del trigo y la cebada, y más de un tercio del trigo que importan 45 países africanos y los menos desarrollados.
Igualmente, Rusia es el principal exportador de gas natural y el segundo exportador de petróleo en el mundo.
Desde comienzos de 2022, los precios del trigo y el maíz han aumentado en un 30%. El precio del petróleo Brent ha subido más del 60 %, mientras que los del gas natural y los fertilizantes se han duplicado con creces.
El Programa Mundial de Alimentos advierte que se enfrenta a una decisión imposible: dejar de asistir a quienes pasan hambre para poder alimentar a quienes mueren de hambre. El Programa necesita urgentemente 8 mil millones de dólares para apoyar sus operaciones en Yemen, Chad y Níger.
El Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial en materia de Alimentación, Energía y Finanzas que puse en marcha tiene por objetivo elaborar soluciones coordinadas a estas crisis junto con los Gobiernos, las instituciones financieras internacionales y otros socios clave.
En cuanto a los alimentos, instamos a los países a que mantengan abiertos los mercados, a que no caigan en acaparamientos y restricciones injustificadas e innecesarias a las exportaciones y a que pongan las reservas a disposición de los países con mayor riesgo de caer en el hambre y la hambruna.
Sobre la energía, el uso estratégico de las reservas y de las reservas adicionales podrían ayudar a aliviar esta crisis energética a corto plazo.
Y en cuanto a las finanzas, el G20 y las instituciones financieras internacionales deben asumir un estado de emergencia y encontrar formas de aumentar la liquidez y el margen de maniobra fiscal para que los Gobiernos de los países en desarrollo puedan invertir en los más pobres y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La protección social, incluidas las transferencias de efectivo, serán esenciales para asistir a las familias más afectadas por la crisis.
No obstante, muchos países en desarrollo con una enorme deuda externa carecen de la liquidez necesaria para proporcionar esas redes de protección social. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras esos países se ven obligados a elegir entre invertir en sus ciudadanos o saldar sus deudas.
La ONU hace un llamado a la comunidad mundial para que hable con una sola voz y apoye nuestra petición de paz.
Por: António Guterres. Secretario General de las Naciones Unidas para El Tiempo