En un tiempo donde las inmobiliarias hacen su agosto con la “oferta” de tierras y viviendas, Indecopi investiga a cinco de ellas, bajo sospecha de haber dado gato por liebre a los entusiastas soñadores con la casa propia; pues al final, la vivienda familiar terminó inundada; aislada o en el peor de los casos, llena de aguas servidas debido al colapso de desagües. 

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Pero el drama que decenas de familias viven hoy por las lluvias y sus casas anegadas no es a causa solo de las inmobiliarias. Es de suponer que muchas de estas empresas que hoy pululan por la región utilizaron las malas artes y “los buenos oficios” de funcionarios ediles corruptos para obtener licencias irregulares para urbanizar esas depresiones de tierra que hoy es el dolor de cabeza de muchas familias piuranas.

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Por tanto, la culpa es compartida. Unos (inmobiliarias) por aprovechados y otros por hacerse los ciegos y sordos (municipios) y dejar que se urbanicen zonas que no deberían ser aptas para construir viviendas; y sí así lo hacen, debería exigírseles un eficiente sistema de drenaje. ¿Acaso los funcionarios ediles no saben cuáles son las zonas aptas para la expansión urbana y cuáles no?