A la crisis política, económica, de inseguridad y alimentaria, los piuranos debemos sumar ahora una más: la crisis del agua por culpa de la EPS Grau que mantiene en vilo.
Esta situación no solo a los propios trabajadores y funcionarios de esta empresa por el riesgo de no recibir sueldos, sino a miles de clientes que no saben en qué momento se quedan sin agua en los caños; o, en el peor de los casos, les entregan agua sin cloro y cargada de bacterias y hongos.
En algunas zonas urbanas y populares de Piura la situación ya es crítica para los sufridos vecinos porque deben destinar hasta 10 soles por día para comprar agua; o esperar con paciencia a que una cisterna de la empresa del agua llegue para abastecerlos a medias.
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Siempre ha sido así, pero esta vez la situación es más grave y afecta a más población.
La solución a esta crisis no es inmediata por la traba judicial que ha dejado sin gerente general a la empresa y con ello sin capacidad para gestionar gastos, pagos y compras diversas.
Lo inaudito es que a pesar de lo grave de la situación y que afecta a miles de familias, ni siquiera el gobierno interviene para hallar una solución inmediata.
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