Han pasado cuatro años desde la última inundación de Piura; y mientras muchos piuranos tenían el agua del río hasta el cuello o caminaban sobre barro, ministros y autoridades prometían más de 7 mil millones de soles para la rehabilitación y reconstrucción de Piura. ¿Cumplieron su promesa? ¿Ha cambiado Piura desde entonces?
En Miraflores, una de las zonas que se inundó, varios calles siguen con las pistas destrozadas y las cuencas activas esperando esas promesas. No se ha hecho nada, salvo repetir lo de siempre: “Se está elaborando el expediente técnico”. En cuanto a las cuencas ciegas en sectores de Piura y Castilla, estas siguen activas, no hay solución y no habrá hasta después del 2025, en que se ha prometido el drenaje pluvial integral.
Desespera a los vecinos la burocracia y apatía de las autoridades para solucionar este problema. Tienen la impresión que son insensibles, pues a pesar de las marchas, de los problemas de salud, el polvo y las dificultades que generan las cuencas y calles intransitables, no tienen apuro por dar una solución. Así, con calles rotas y cuencas llenas de lodo, recordarán este 27 otro año más de un desastre que pudo evitarse.