Con bonos, aguinaldos ostentosos y cargados de regalos se fueron de vacaciones los congresistas de la república que esta semana dieron por concluida su gestión del presente año. Lo preocupante es que se fueron dejando un rosario de ‘bombas’; polémicos proyectos de ley que se suman a otros tantos aprobados por inspiración popular o por interés partidario y propio que, en lugar de beneficiar al país, representan un retroceso en el desarrollo de las políticas públicas.

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     Algunas últimas normas cuestionadas son el ampliar el plazo -por tercera vez-, para que docentes universitarios obtengan su grado de maestría o doctorado que le permita ejercer la docencia. Esta ley se está postergando desde el 2014; es decir, hace nueve años que se les extiende plazos para que los docentes obtengan un grado. 

     Otra polémica norma tiene que ver con la modificación de las PASO, dándole todo el poder a los dueños del partido político para que elija a dedo a los candidatos para una campaña política, además de otras leyes como la forestal que en vez de ayudar aumentaría de deforestación. Lo curioso es que el Ejecutivo guarda silencio y el ciudadano mira sin inmutarse.