“Sabemos que el presidente de los EE.UU. incitó esta insurrección, esta rebelión armada contra nuestro país. Debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos” (representante de la cámara baja de EE.UU., Nancy Pelosi)
La tranquilidad, de por lo menos los latinoamericanos, fue interrumpida, acabábamos de ser testigos de las manifestaciones pacíficas de la juventud chilena, por una nueva constitución, y la peruana para destituir a un, ocasional presidente que no representaba a nadie en el caso peruano.
Parecía una pesadilla o una serie de ciencia ficción cuando los medios de comunicación informaban que una militancia republicana incitada, por el derrotado en las elecciones Donald Trump, pretendía tomar por asalto el Capitolio, a lo neofascista en su actuar. No nos distraeremos en el recuento de cuatro años de un desastroso gobierno en la historia de EE.UU. Ni en los calificativos que muchos analistas atribuyen al, hoy victimizado derrotado.
Nos convoca a reflexionar sobre la magnitud de los acontecimientos y el significado y las repercusiones que, a mediano y largo plazo ocasionarán.
Mr. Trump, ¿usted gana al acentuar el odio, la división, el racismo, el menosprecio por la vida (al subestimar la pandemia), la soberbia, la intromisión irresponsable a países que necesitan de la solidaridad, más que de sus amenazas y su chantaje, su indolencia contra la sociedad migrante, su mitomanía…?
¿Cómo queda el paradigma creado por la sociedad norteamericana cuando se nos presentan como la más democrática del Planeta? Mr. Trump, cavó su propia tumba política al incitar a la violencia, a la pretensión de tomar el poder por vías típicas de dictaduras históricas, en el ámbito del Medio Oriente, latinoamericano, sacando los tanques de guerra cuando algo les incomoda, etc.
Su actuar lo ha conducido a dividir, también, a su partido Republicano. Pues, muchos de sus seguidores hoy, votarán para que se le habrá un juicio político. No se olvide que sus seguidores al final se darán cuenta de quién es Ud. Y acabarán parafraseando: Es el momento de decirle, Mr. Trump, que el único lugar que se merece, es el Alcatraz de la historia.