Hasta patrulleros y motos salen a cerrar avenidas y puntos estratégicos por donde pasará la visita capitalina para que “vea que aquí hay orden, calles despejadas y mucha seguridad”.
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Lo que no verá la autoridad que nos visita, como el ministro del Interior que estuvo por estos lares el martes y miércoles, es el tremendo caos y congestionamiento de vehículos que genera el cierre intempestivo de calles para que ellos pasen. Tampoco verá las necesidades clamorosas que pasan los policías ni los sectores populares huérfanos de seguridad, pues todo se maquilla, como una obra teatral, para que la visita sienta que todo está bien por aquí.
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Claro que las autoridades -elegidas o nombradas para servir al país y al pueblo-, requieren de seguridad; sin embargo, viendo ese glamoroso show de policías nos hace pensar que, en efecto, hay suficientes efectivos para dar seguridad a los ciudadanos… en especial cuando se lo proponen… ¿Y si se hacen de la idea que cada ciudadano es un ministro?
