Mientras el Congreso concentra su esfuerzo en aprobar leyes que les genere el aplauso popular, las reformas políticas que son las reglas con las cuales se desarrollarán las próximas elecciones generales del 2021, siguen sin ser debatidas.

En la comisión de Constitución, la encargada de evaluar y aprobar las modificaciones, al parecer, se han quedado dormidos.

El problema es que se acorta el tiempo. El Congreso tiene hasta el 23 de setiembre para definir temas como las elecciones internas en los partidos; el voto preferencial y sobre todo, los impedimentos que se establecerán a los postulantes con sentencias en primera instancia. Igual, está pendiente las sanciones para los partidos que incumplan las normas sobre financiamiento y propaganda electoral, además de las fechas del proceso electoral.

No sabemos si un mes será suficiente para que el Congreso evalúe y apruebe todas estas reformas. A ocho meses de las elecciones generales siguen siendo evidentes los vacíos en las reglas electorales que, de no modificarse como lo propuso el Ejecutivo, solo beneficiaría a los partidos y a los candidatos con sentencias o procesos legales abiertos.