El Perú, con la vacancia de Pedro Castillo y sus huestes de la izquierda, es el único país en Latinoamérica que ha puesto en jaque, hasta ahora, el proyecto socialista-comunista que intenta implantarse en el continente con el respaldo del Foro de Sao Paulo; de allí que presidentes socialistas, como los de México, Colombia, Bolivia y Argentina, hayan salido públicamente a desconocer el gobierno de Dina Boluarte, a pesar de que esta ha sido parte de la plancha presidencial de Castillo y constitucionalmente le corresponde la posta.
Al margen de los conflictos internos que se han suscitado en los últimos días con los seguidores castillistas y los zurdos violentistas, con la vacancia del profesor el Perú ha cortado y puesto en riesgo ese proyecto socialista continental que busca armar un bloque compacto de poder y es por ello que andan con la cantaleta de las asambleas constituyentes para cambiar la Constitución de los países con fines netamente políticos y, paralelamente, desplegar estrategias para someter a las Fuerzas Armadas, el poder judicial, el legislativo y, por supuesto, silenciar a la prensa independiente, empezando por desprestigiarla.
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