Yong Zhao es uno de los educadores más reconocidos en Estados Unidos, es un fuerte crítico a las pruebas PISA y al uso que se les ha dado. En su reciente columna “Cómo PISA creó una ilusión de calidad educativa y la comercializó en el mundo” (Washington Post, 3 de diciembre de 2019) escribió (traducido) dice: ”En resumen, PISA se comercializó con éxito como una medida de la calidad educativa con la pretensión de medir las habilidades y el conocimiento que importan en las economías modernas y en el mundo futuro. Tras un examen más detenido, la excelencia definida por PISA no es más que una ilusión, una afirmación fabricada sin ninguna evidencia empírica.
Además, PISA implica una visión monolítica y propugna una visión distorsionada y estrecha de propósito para todos los sistemas educativos del mundo. La consecuencia es una tendencia a la homogeneización global de la educación y la celebración de los sistemas educativos autoritarios por sus altos puntajes PISA, mientras se ignoran las consecuencias negativas sobre los atributos humanos importantes y las culturas locales de dichos sistemas”.
La educación que promueve PISA es distorsionada y estrecha. Trata el crecimiento económico y la competitividad como los únicos propósitos de la educación. Por lo tanto, solo evalúa materias afines (lectura, matemáticas, ciencias, educación financiera y resolución de problemas) que generalmente se consideran importantes para impulsar la competitividad en la economía global impulsada por la ciencia y la tecnología. PISA muestra poco interés en otras materias que han ocupado los planes de estudio de muchos países, como humanidades, artes y música, educación física, ciencias sociales, idiomas mundiales, historia y geografía.
Pero el propósito de la educación en muchos países incluye mucho más que preparar seres económicos. La ciudadanía, la solidaridad, la equidad, la curiosidad y el compromiso, la compasión, la empatía, los valores culturales, la salud física y mental, y muchos otros, son algunos de los propósitos que se mencionan con frecuencia en los estados nacionales como objetivos de la educación. Pero estos aspectos del propósito de la educación “a menudo se olvidan o se ignoran cuando las discusiones sobre la calidad de la escuela se basan en los puntajes y clasificaciones de PISA”
Bien vale la pena reflexionar sobre esto.