Apesar del ruido proveniente de los recientes escándalos como el del Ministerio de Cultura, los ciudadanos somos testigos de cómo avanza el plan maquinado desde el Congreso para seguir capturando las principales instituciones del Estado.
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Todo ello a vista y paciencia de la presidenta Dina Boluarte, quien no hace otra cosa que bailar al ritmo de las bancadas que están detrás de las leyes populistas, del manoseo de los fondos de AFP o de la norma referida a la colaboración eficaz con la que intentan traerse abajo la lucha contra la corrupción.
Para nadie es un secreto que estamos ante una maniobra de los innombrables grupos parlamentarios que solo buscan poner fin a las investigaciones judiciales que se les sigue a los amigos y allegados de aquellos partidos que votaron a favor de cuestionados proyectos.
Se ha advertido hasta la saciedad sobre la cantidad de procesos e investigaciones que se vendrán por tierra cuando se apruebe la norma de la colaboración eficaz. Tres exprocuradores han advertido sobre la ola de impunidad que se desataría si el Ejecutivo deja pasar la ley, más aún luego de los importantes avances logrados y en momentos tan cruciales para la lucha contra el crimen organizado en el país.
Demostrando una vez más su desprecio por el Perú, estos “enemigos de la Patria” pretenden salirse con la suya a pesar de la oposición y recomendaciones en contra por parte del Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación, la Procuraduría General de la República, el Ministerio Público, el Equipo Especial Lava Jato y especialistas en la materia.
Es indignante que a pesar de este clima que ciertamente amenaza a la justicia en que se sustenta la democracia, el Gobierno siga guardando silencio; y que tenga la misma pasividad respecto al perverso plan del Congreso y ahora de la fiscal Patricia Benavidez, quien a pesar de estar siendo investigada por la Junta Nacional de Justicia, ha denunciado a tres de sus miembros.
Frente a ello, el Ejecutivo solo calla, ignora el clamor de la población que exige decencia, transparencia, eficiencia y meritocracia en el manejo del país o -como el caso de Piura- pide a gritos celeridad y las cosas claras en las actividades y obras de prevención. Pero otra vez la respuesta es el silencio. Que no nos sorprenda que cuando llegue el Niño Global y nos encuentre desprotegidos, la única explicación sea no hay recursos o no puedan justificar qué se hizo con ellos.