Hay que aplaudir y apoyar esta iniciativa de algunos obispos peruanos, la campaña “Resucita Perú”, motivada por la obligación moral de que todos debemos sumar esfuerzos para ofrecer a la crisis una propuesta consensuada e imparcial, des-ideologizada y humanista. La vida humana es la ley suprema y todo está subordinado a ello; hacia ello hay que enfocar nuestros esfuerzos y en favor de, y para toda la persona, los más pobres sin distinción de raza, condición social, religión, lengua, ideas, etc.
“Resucita Perú” porque en el tema de la vacuna, algo apesta; el afán de lucro y de poder político mete las manos. Por un lado, “el imperio contraataca”, los grandes laboratorios encadenados a los grupos de poder, dueños de las EPS y de las grandes clínicas que vienen lucrando con la COVID, se niegan atender a los asegurados y a poner a disposición de la emergencia la infraestructura que tienen para paliar la crisis; dueños además de las grandes cadenas de farmacias que evitan los medicamentos genéricos para vender sus “marcas” a precios exorbitantes, etc.; éstos, imponen la idea de que si la vacuna no es “del capitalismo”, no vale, si no sigue con los estándares de los países del capitalismo, no sirve; si es una vacuna comunista, no es apta, no es segura; y viceversa. Cuánta miseria humana.
Por otro lado, se comenta que, en las otras potencias del mundo, solapados enemigos de antaño, con fines electoreros, vienen manoseando los procesos científicos que buscan la vacuna; el poder político es el objetivo y no la vida de la humanidad; obviamente, dichas potencias tienen sus satélites en todo el mundo que defienden la “validez” de SU vacuna; lo que importa no es la eficacia de ésta, sino su autoría; la verdad ideologizada.
“Resucita Perú” porque la crisis no es sólo la COVID; hay una epidemia escondida, un virus mutante e inmortal que pervive desde hace siglos; gente sin alma que denigra la condición humana, frías cajas fuertes sin los más elementales sentimientos humanos, empachados de poder pero anémicos de solidaridad; hombres convertidos en bichos que matan y carcomen la humanidad; parásitos que viven de la vida humana, vampiros que sangran la salud y la paz; raqueteros con saco y corbata que forman consorcios criminales o sociedades secretas listas para lucrar a costa de la crisis; no les interesa nada más. “Resucita Perú” porque las viejas aves de rapiña mutaron en virus “microscópicos” cada vez más imperceptibles. Vade retro.
