El Perú es un país complicado donde lo prioritario cede ante lo secundario, lo esencial ante lo accidental; el fútbol, la discoteca, los gimnasios son más importantes que la salud; las vacunas no alcanzan pero se vacuna el presidente y a las regiones no se envía el número requerido para personal de primera línea; por otro lado, para la prensa mermelera y para el “Congresovirus”, las mentiras de Vizcarra son más importantes que la lucha contra el COVID-19; la experiencia de la ministra en su lucha contra la pandemia no ha sido determinante para que siga en su cargo y se le acepta toda clase de vejámenes por el pecado de no ser de la simpatía de los vacadores e ignorantes hijastros de la patria, reverendos “entenados” porque nunca fueron padres de la patria: los padres buscan el bien de la familia y no sólo el suyo.
El Perú: Vizcarra miente, una vacuna voluntaria, ya no es presidente y por eso no sé ni veo cómo esto afecta tanto a la patria que el tema captó la atención, creo que esto, si no lo sacan del camino electoral, terminará ayudando a acusado; por otro lado, debemos ver el contexto electorero, entiéndase tiempo de demolición de los adversarios, hay inexistencia de propuestas políticas serias, clamoroso estreñimiento mental de los candidatos; otros discursean verdaderas ventosidades mentales, y por ello, es mejor atacar, mentir, decir verdades a medias, manchar, confundir al electorado, ganarse alguito, pescar a río revuelto.
Preguntémonos: ¿los presidentes anteriores no mintieron? ¿los congresistas no tienen secretos? ¿No se podrá desclasificar y poner al estudio de la prensa seria las actas del congreso y consejo de ministros, consejos regionales, a fin de acreditar la integridad moral, honestidad, sinceridad de presidentes, ministros, congresistas, gobernadores, etc.? ¿No mintieron Fujimori, Alan García, Belaunde, Toledo, Humala, Kuczynski? ¿Y las primeras damas? “Hipócritas que cuelan un mosquito, pero se tragan un camello” (Mt. 23,23-24)
Lo anterior me lleva al Pacto Ético que suscriben los candidatos: ¿alguna vez sirvió? ¿No es una burla a los peruanos? ¿Hay una verdadera opción por la ética en la política? ¿El contenido y la firma del pacto ético es vinculante? ¿No sería mejor suscribir algo más que meras intenciones y buenos deseos?: Conectividad total para educación, más personal médico en primera línea, asegurar el óptimo abastecimiento de oxígeno para los pacientes, más camas UCI, etc. Hagamos Patria.