La emergencia sanitaria ha generado muchos temores y dudas en los padres de familia respecto de la mejor manera de proteger a sus hijos de los gérmenes que causan enfermedades. No todos conocen como hacerlo y más de uno se pregunta qué es lo que realmente funciona para fortalecer el sistema inmune de niños y bebés.
En ese sentido, queremos compartir algunas creencias –realidad o ficción- sobre la inmunidad para ayudar a que tu familia pueda mantenerse fuerte y saludable.
Realidad: La leche materna tiene nutrientes para la inmunidad del bebé.
La leche que la mamá produce inmediatamente después de dar a luz se llama calostro y contiene nutrientes diferentes y vitales, como por ejemplo anticuerpos que fortalecen la inmunidad para proteger al bebé en sus primeros meses de vida. La leche materna también es rica en oligosacáridos de la leche humana (HMO), que son nutrientes importantísimos con efecto prebiótico, que sirven de alimento para las bacterias buenas en el intestino, fortaleciendo así la salud gastrointestinal y el desarrollo del sistema inmune.
Ficción: Dormir no es importante para el sistema inmune.
Un descanso completo durante la noche logrará maravillas para tu bienestar del día siguiente. Pero que tus hijos obtengan la cantidad correcta de horas de sueño puede incluso apoyar su sistema inmune y fortalecer las defensas de su cuerpo.
Realidad: El contacto piel con piel ayuda a la inmunidad del bebé.
También conocida como la “técnica canguro”, el contacto piel con piel con mamá y papá, especialmente en los primeros días después de nacer, ayuda a transferir diversos microorganismos que ayudan a la inmunidad del recién nacido.
Ficción: El intestino está separado del sistema inmune. Aproximadamente, 70% del sistema inmune se encuentra en nuestro tracto gastrointestinal, donde hay trillones de organismos microscópicos.