Dos grandes filósofos han influido poderosamente la historia del pensamiento económico y la forma de organización social para resolver el problema económico de la humanidad: Adam Smith con su “Riqueza de las naciones” (1776), en que se basa la ideología liberalista de derecha, y Carlos Marx, con “El capital” (1867), que sirve de base a la ideología socialista de izquierda, señalando rumbos diametralmente opuestos: mercados libres con propiedad privada, versus planificación central socialista, con propiedad estatal de los recursos productivos.
Mientras Smith creía en la propiedad privada y en el libre intercambio como fuente de creación de valor, porque ambas partes (individuos o naciones) entregan algo que valoran menos, a cambio de algo que valoran más, obteniendo ganancias mutuas, y toman decisiones descentralizadas que se traducen en la optimización del excedente económico, porque nadie mejor que uno mismo para saber qué es lo que más le conviene; Marx defendió la tesis de la propiedad estatal de los medios de producción para liberar a la clase obrera de la explotación y plusvalía capitalista, bajo el principio de “de cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades”.
Las ideas fuerza de Marx se sustentaron en las penurias del proletariado y en una concepción dialéctica de la historia, donde la humanidad va atravesando etapas hasta llegar al capitalismo y finalmente al socialismo, como consecuencia de la lucha de clases y propensión del capitalismo a generar un ejército de reserva de desempleados y proletarios explotados, a quienes solo les queda la revolución social.
Antes de la caída del Muro de Berlín, a fines de 1989, el mundo estaba dividido en dos grandes sistemas económicos: capitalismo, liderado por Estados Unidos, y socialismo, liderado por la Unión Soviética, que dieron lugar a la guerra fría entre Washington y Moscú.
La predicción de Carlos Marx de la caída inexorable del capitalismo no se cumplió, debido a que no imaginó el sustancial aumento en la productividad del trabajo, que permitió generar empleo y niveles de vida satisfactorios.