Algunos curtidos maestros y padres de familia preocupados por la enseñanza de sus hijos, el 2020 fue un año prácticamente perdido para la educación. Profesores que no entendían cómo conectarse a internet; capacitaciones apuradas y metodologías pedagógicas de ensayo, sin contar la brecha digital fue lo que primó ese año y a duras penas se logró (para el calendario de Educación) cerrar el año escolar.
Este año, con la pandemia pisándonos los talones aun; y con vacunas que van dirigidas primero a los recomendados, la educación para el 2021 que se inicia en marzo, tiene un sombrío panorama porque a pesar de la mala experiencia y todos los obstáculos que se presentaron el 2020, no se ha aprendido nada ni mucho menos se ha hecho esfuerzo por superar las trabas.
Uno de ellos es precisamente la conectividad; la pieza fundamental para que los escolares accedan a sus clases de “Aprendo en Casa”. Se estima que son más de 30 mil estudiantes afectados; unos porque el Minedu solo ha distribuido un 10% de las tabletas prometidas y otros porque siguen en la edad media: sin Internet ni acceso a la educación.