Es muy cierto que muchos peruanos que nos consideramos responsables venimos colaborando con nosotros mismos para no contagiarnos de ese virus que viene azotando al mundo y que ya llegó a nuestro país. Lamentablemente, por culpa de muchos desadaptados se ha tenido que ampliar la cuarentena que forma parte de la lucha emprendida con entereza por nuestro gobierno. Para paliar las consecuencias sobre las que tanto se especula y que podrían magnificarse y representar para una gran mayoría un verdadero problema de supervivencia, el Gobierno lanzó ayer un paquete de medidas a favor de los trabajadores independientes, dependientes y las empresas.
Es verdad también que muchos negocios ya tambalean y sus propietarios temen lo peor, y se afirma que aún no viene lo más temido, por eso es necesario que imperen la sensatez, el entendimiento de lo que significa el bien común y colaborar con nuestro país para no dejarnos arrastrar por el alarmismo que está de moda y es propiciado por tanto desquiciado que sin mayor fundamento opina, confunde y pontifica lo que da lugar a que muchos se sientan
confundidos y piensen que no deben colaborar porque todo ya está perdido, lo que no es cierto.
Han transcurrido ya 11 días y, si bien es verdad, que parece que el aumento de infectados no es alarmante, no podemos bajar la guardia y debemos seguir respetando el aislamiento, comprendiendo que no le hacemos un gran favor a nadie sino a nosotros mismos.
Reconozcamos que nuestro Gobierno está haciendo todo lo que considera correcto y adecuado para velar por nuestra seguridad, y si nosotros, que somos los beneficiados por aquella preocupación gubernamental, no cooperamos, todo lo que se haga o pretenda hacer será inútil.
Quedémonos en nuestras casas e instemos a nuestros familiares y amigos a permanecer en sus domicilios, no nos dejemos arrastrar por falsos profetas que pretenden pescar en río revuelto.
Ya es tiempo que demostremos madurez cívica y compromiso social, pues no vivimos solos…formamos una comunidad, y si no queremos respetarnos a nosotros mismos, respetemos, pues, a nuestro prójimo que es un mandato divino.
La prolongación de esta emergencia dependía de cómo estábamos respondiendo y actuando.
En adelante el que no se siga extendiendo la cuarentena dependerá de los peruanos, de que actuemos responsablemente, si no seremos testigos de una tremenda recesión de gran impacto para una inmensa mayoría.