Hace ya muchos años se proyectó y ejecutó un moderno conjunto urbano en plena Plaza de Armas de Piura, llamado a ser el corazón de la actividad oficial de esta ciudad. El denominado Centro Cívico –tras las expropiaciones de inmuebles de propiedad privada- se integró con el Palacio Municipal, la Oficina de Correos, el Banco Hipotecario, el edificio del Fondo de Jubilación Obrera l (ahora alquilado al Banco de la Nación) y un amplio predio de propiedad de la Seguridad Social que es un gran terreno sin construir.
Han pasado muchos años desde entonces. Las estructuras de este complejo urbano se han deteriorado paulatinamente hasta derivar en una situación crítica como luce ahora con las veredas llenas de huecos, los pisos muy sucios, las jardineras sin plantas ornamentales y los edificios –otrora hermosos y modernos- muy afectados por el paso de los años, las lluvias torrenciales y el descuido de las autoridades municipales. Para lograr lo que el actual burgomaestre Díaz Dios quiere conseguir- una “Piura Bonita” – tiene que comenzar por su propio habitáculo: el Centro Cívico.
Atención especial merece el destino que se debe dar a ese gran espacio profundo y peligroso que ya lleva varias décadas sin construir. Además de atentar contra el ornato público en la zona más central de esta ciudad se ha demostrado que en épocas de grandes lluvias y desbordes del río este sitio se transforma en un gigante reservorio de agua que es criadero de zancudos y que con la humedad que contiene afecta las estructuras de los edificios colindantes.
¿Cuántos años más deben pasar para que se busque una solución a este grave problema urbano? El actual gobierno municipal debe intervenir de lo contrario la tal “Piura Bonita” quedará en una hermosa frase. La Seguridad Social puede, quizá, levantar en este gran espacio un hospital de varios pisos para atender emergencias y otros problemas que afectan a los asegurados. Algo hay que hacer en este lugar y no dejar que el Centro Cívico siga en las mismas deplorables condiciones de hoy.