Vivir en un tiempo inédito, como el que nos ha tocado experimentar a partir del estado de pandemia mundial requiere respuestas originales, ante las preguntas que surgen respecto al el nuevo tiempo que se avecina ¿Cómo imaginar el mundo que sigue? ¿Cuáles son los escenarios que se avecinan y se abren frente a nosotros?
Quizá la mayor crisis de nuestra generación será la toma de decisiones de los ciudadanos y gobiernos en las próximas semanas las que moldearán el mundo durante los próximos años. No sólo moldearán los sistemas sanitarios, también la economía, la política y la cultura. Al elegir entre alternativas, hay que preguntarse no sólo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué clase de mundo queremos habitar una vez pasada la tormenta. Sí, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros seguiremos vivos, pero viviremos en un mundo diferente.
En este nuevo mundo las medidas a corto plazo tomadas durante la emergencia se convertirán en parte integral de la vida. Esa es la naturaleza de las emergencias. Decisiones que en tiempos normales llevarían años de deliberación se aprueban en cuestión de horas. Por poner un ejemplo, la producción de las vacunas se ha dado en un tiempo récord, si hacemos historia con respecto a la creación de las vacunas de antaño. Cuando salgamos de este trauma colectivo, podremos decidir volver a la antigua trayectoria o aprender de la experiencia para tomar decisiones diferentes mirando al futuro.
Es una gran oportunidad sin precedentes para unirnos todos contra un enemigo común de la humanidad, el egoísmo. Urgen actos de bondad que nos permitan rechazar el racismo y el odio, fortaleciendo la reconfortante solidaridad que hemos visto en las últimas semanas. Es la mejor forma de rendir homenaje a todas las víctimas de esta pandemia, tengamos esperanza de que podremos comenzar a ver el mundo de manera diferente.