Si los ciudadanos que incursionan en el quehacer político comprendieran que, la democracia es “una forma de gobierno básicamente legítima que proporciona una estructura social y política en la que los ciudadanos pueden disfrutar de una vida feliz, plena y responsable”; entonces la sociedad peruana tendría organizaciones políticas fortalecidas, coherentes, con programas inteligentes, cuyo propósito fundamental, es trabajar por la felicidad de sus ciudadanos.
¿Qué viene sucediendo en la historia de los partidos políticos en el Perú? ¿Hemos tenido líderes que fundaron sus partidos en esa perspectiva y dejaron algún rastro de esa concepción de democracia.
En 2020, veintitrés organizaciones políticas se inscribieron en el JNE para participar en las elecciones del 11 de abril de 2021. En el mundo se preguntarán, ¿Tan apetitoso es querer ser presidente en el Perú? ¿Es verdad que, veintitrés candidatos postulan, o es un chiste? Pues es la verdad desnuda. Estamos en el Perú.
Curiosamente los candidatos se hacen de la vista gorda frente a la respuesta de la ciudadanía al no decidir aún su voto. Estamos hablando de un 40% aproximadamente. Y esa actitud responde al desencanto que tienen por los políticos candidatos, hoy en el Perú. Evidenciamos este descontento expresado en el día a día de los peruanos. No confían, están cansados de tantas mentiras, promesas, corrupción y codicia por llegar al poder. Les indigna que la mayoría de candidatos a la presidencia y al congreso tienen procesos pendientes ante la justicia.
Esto es un indicador que nos muestra que el electorado se está educando y tomando posición para ya no, dejarse engañar.
La identificación democrática necesaria para el Perú, no pasa por tener tantas organizaciones políticas en la palestra electoral. ¡No! Agradeceríamos que por lo menos veinte de estas organizaciones, se retiren, renuncien, y que sólo, máximo tres de ellas estén en la contienda electoral. Por lo menos una organización, ya renunció. Faltan 19. Esto por la salud democrática de mi querido Perú.