El autismo es un trastorno del desarrollo que puede evidenciarse como un espectro, pudiendo o no generar algunas dificultades en la vida diaria. Dependiendo de qué tan funcional sea, quien lo padece, podría adaptarse mejor a ciertas situaciones, posibilitando también que el cuidado sea más llevadero. Pero también, existen otros niños que podrían tener mayor dificultad y hasta una dependencia total de un cuidador.
Es importante la detección temprana. Cuanto más temprana sea la detección y el diagnóstico, la evolución va a ser mucho mejor; porque se va a indicar el tratamiento adecuado y las terapias que van a ayudar a evolucionar favorablemente. A veces, por no querer llevar al niño a un psiquiatra se puede complicar el curso del trastorno.
El trastorno del espectro autista se puede detectar desde los tres años. Pero los signos que podrían hacer sospechar algunas características de riesgo se pueden observar desde el primer año de vida, ya que es un problema del desarrollo.
Algunas señales, en general, puede ser que el niño no siga la mirada a la madre o que tenga dificultades en su desarrollo, al balbucear, gatear, o cuando se observa que no hace caso a las voces más familiares como papá o mamá.
Se estima que la prevalencia de los Trastornos del Espectro Autista es del 1%. Es cinco veces más frecuente en niños que en niñas; sin embargo, se ha observado que las niñas pueden presentar signos más sutiles y muchas veces son subdiagnosticadas.
Además, aparece por igual en todas las clases sociales, culturas y razas. En general, las manifestaciones clínicas son tempranas y van haciéndose evidentes a medida que el niño desarrolla.
Atención inmediata
La médico psiquiatra de la Dirección de Niños y Adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, Candy Palomino, señala que los pacientes con autismo demandan mucho cuidado y atención.
El estrés puede generar algunos modos de afrontamiento. Puede ser que la familia se paralice, evite situaciones, o contacto con otras personas como mecanismo de defensa o también al intentar involucrarse mucho, se generen conflictos debido a la frustración de no poder manejar una situación o presentar sentimientos de culpa luego de una situación de conflicto o violencia.
Generalmente, es la mamá quien se responsabiliza del cuidado del niño con autismo. Cuando un(a) niño(a) es diagnosticado(a) con este problema, debe buscar ayuda y es muy importante la psicoeducación que se le brinda a la familia.
Es deber del médico y de la familia tener toda la información de lo que está pasando. No se va a poder ayudar al paciente si no se tiene la información adecuada. Es importante hablar directamente con el médico, conocer lo que implica el autismo, qué dificultades va a presentar, cómo podría ser su desarrollo, qué terapias le pueden ayudar, entre otras cosas. De esta forma, la persona cuidadora va a saber manejar mejor algunas situaciones.
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