¿Qué es la hepatitis C y cómo se combate?
Un trío de investigadores fue galardonado hoy con el Premio Nobel de Medicina 2020 por su descubrimiento del virus de la hepatitis C, allanando así el camino para pruebas de sangre y nuevos tratamientos. Gracias a su trabajo, la enfermedad es ahora, en gran medida, curable.
Sin embargo, hay más de 70 millones de personas que viven con el virus, la gran mayoría de las cuales no están diagnosticadas. Entonces, ¿cuáles son las principales características de esta enfermedad?
A diferencia de la hepatitis A, que se transmite a través de agua o alimentos contaminados con el VHA, el virus de la hepatitis C es un patógeno transmitido por la sangre que causa enfermedades hepáticas como cáncer o la cirrosis.
Los pacientes a menudo pueden estar infectados durante años, a veces décadas, sin mostrar síntomas, lo que dificulta el diagnóstico de la hepatitis C hasta que la infección se agrava.
Sus efectos pueden variar desde enfermedades que duran unas pocas semanas hasta afecciones médicas de por vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la hepatitis C mata a unas 400.000 personas al año, aunque es probable que sea una subestimación, ya que muchos pacientes mueren de insuficiencia hepática antes de ser diagnosticados.
En total, los virus de la hepatitis matan a más de un millón de personas cada año, lo que los equipara con otras amenazas para la salud mundial como el VIH o la tuberculosis. La incidencia es especialmente alta en el Mediterráneo oriental y Europa, según la OMS.
Las formas más comunes de infección son compartir agujas, transfusiones de sangre, atención médica insegura o relaciones sexuales sin protección.
Nuevos tratamientos
Los estadounidenses Harvey Alter y Charles Rice, junto con el británico Michael Houghton, fueron honrados por descubrir el virus de la hepatitis C, que es distinto de las otras dos cepas virales, A y B.
Su trabajo permitió el rápido desarrollo de medicamentos antivirales y del análisis en base al diagnóstico de sangre, aunque lamentablemente todavía no existe una vacuna contra la hepatitis C.
Alrededor del 80 por ciento de las personas expuestas al virus desarrollan afecciones crónicas, en particular la cirrosis: una cicatrización o fibrosis del hígado que puede provocar insuficiencia orgánica.
Durante años, el tratamiento para la hepatitis C fue solo moderadamente efectivo (curando aproximadamente a la mitad de los pacientes) y tuvo una serie de efectos secundarios indeseables.
Pero una nueva generación de medicamentos conocidos como antivirales de acción directa (AAD) ha experimentado un aumento vertiginoso de las tasas de éxito, y alrededor del 95 por ciento de los pacientes que reciben tratamiento se curan.
Acceso desigual
Sin embargo, los nuevos regímenes de tratamiento siguen siendo prohibitivamente caros en muchas regiones. En 2017, la OMS estimó que solo el 19 por ciento de los infectados a nivel mundial recibieron un diagnóstico; y menos del 10 por ciento de ellos recibió DAA.
El comité del Nobel dijo hoy, lunes, que el mundo podría por primera vez erradicar la hepatitis C. «Para lograr este objetivo, se requerirán esfuerzos internacionales que faciliten los análisis de sangre y que los medicamentos antivirales estén disponibles en todo el mundo», dijo.
El comité dijo que el trabajo de Alter, Rice y Houghton había salvado «millones de vidas».