Dos estudios sugieren un vínculo entre el insomnio y el aumento del riesgo de desarrollar alzhéimer.
Las noches en vela pasan factura al cerebro. Más de lo que parece. Aparte del cansancio o la falta de concentración del día posterior, el rendimiento cognitivo puede resentirse a largo plazo y de forma más grave.
Un estudio de la Fundación Pasqual Maragall, especializada en la investigación del alzhéimer, ha encontrado modificaciones en la estructura cerebral que sugieren un vínculo entre el insomnio y el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa.
La investigación, realizada con personas sanas, ha encontrado que quienes padecen insomnio presentan cambios en algunas zonas del cerebro que también resultan afectadas en etapas tempranas del alzhéimer.
‘El insomnio es un factor de riesgo, que aumenta el riesgo de demencia pero los mecanismos no quedan claros. Lo que sabemos es que durante la noche, el cerebro aprovecha para eliminar las proteínas de desecho’, valora Albert Lleó, director del Hospital Sant Pau.