Por: Dr. Arq. Leopoldo Villacorta Icochea
Actualmente, “más de 200 millones de personas que viven en más de 350 ciudades enfrentan temperaturas extremas; el 14% de la población urbana mundial”, contó a Página 12 Rolf Rosenkranz, del Grupo de Liderazgo Climático C40 Cities, una red de alcaldes de casi 100 grandes ciudades del mundo que buscan tomar medidas urgentes para enfrentar la crisis climática.
PUEDES LEER ? En solo una semana, 20 personas mueren por ola de calor en México
Se trata de una nueva normalidad climática. “Estamos viviendo cada vez más eventos extremos, más frecuentes y más intensos”, señala por su parte Jazmín Rocco Predassi, coordinadora del área de Política Climática de la ONG ambiental FARN.
La problemática se multiplica en la mayoría de las grandes urbes del mundo, donde se produce el denominado efecto de “islas de calor”, por el que la temperatura en las ciudades puede llegar a ser hasta 10 grados más alta que en las áreas periurbanas. La cementación, asfaltos y edificios absorben el calor más rápido de lo que lo liberan durante la noche, y es por eso que distintos actores replantean la forma de pensar a las ciudades para volverlas más resilientes.
PUEDES LEER ? Ken Takahashi: “El fenómeno El Niño sería más frecuente debido al cambio climático”
Soluciones para enfrentar el cambio climático
Disminuir las emisiones de carbono producidas principalmente por el transporte, potenciar el sistema de servicio eléctrico para evitar los cortes de luz y contar con acceso permanente al agua; hay otras soluciones que tienen que ver con cómo están planificadas y construidas y cómo funcionan las ciudades.
Existen muchas iniciativas que pueden implementarse, para reducir el calor en las urbes; sin embargo las más exitosas son las vinculadas a la “infraestructura verde”. Se necesitan más árboles, más vegetación y más espacios verdes en más lugares. Es decir, soluciones basadas en la naturaleza.
PUEDES LEER ? España: población sufre por altas temperaturas que superan los 44 grados
En ello se incluyen parques, espacios de césped, jardines comunitarios, huertas. Las plantas y árboles, además de producir sombra, reducen la temperatura ambiente por el proceso denominado “evapotranspiración”, donde la vegetación impactada por el sol libera el agua que tiene dentro, a través de la evaporación.
Hay casos en otras ciudades en donde se avanzó en propuestas innovadoras. Boix señala el ejemplo de Medellín, Colombia, donde se crearon 30 corredores verdes que redujeron hasta en cuatro grados la temperatura en “zonas relegadas” y en donde la “clave” es la “vegetación nativa, que es de fácil mantenimiento”.
También los denominados “bosques de bolsillo”, como los que se están probando en Santiago de Chile. La directora del programa Ciudades los describió como “pequeños ecosistemas accesibles, en lugares clave y de 100 metros cuadrados aproximadamente”.
PUEDES LEER ? Piura celebra su 491° aniversario con artistas y agrupaciones de cumbia
Estas soluciones y micro intervenciones en la trama urbana, se pueden implementar en ciudades como Piura, en diversas sectores de la metrópoli; pero también en áreas mayores que actualmente no tienen un uso adecuado, como es el caso de la inmensa área municipal de 9 Hás., ubicada en el corazón de la Urb. San Eduardo en el distrito de Piura, y el parque del Bicentenario de 13 Hás., ubicada en el distrito 26 de Octubre.
O en terrenos subutilizados, como es el caso de las 12.9 Hás. que tiene el antiguo cuartel Grau, enclavado en el centro de la ciudad de Piura, cuyas instalaciones militares no tienen actualmente justificación alguna en dicho lugar. Todos estos lugares se convertirían en “Bosques Urbanos”, recreativos, que tendrían la función de nuevos espacios públicos de calidad y que al mismo tiempo se convertirían en nuevos pulmones de oxigenación para la metrópoli, en su contribución a regular las altas temperaturas que tendrán comportamientos ambientales permanentes, de gran afectación a la población , si es que no tomamos urgentes medidas. Convirtiéndose también en poderosos factores de la lucha contra el calentamiento global.
PUEDES LEER ? Estados Unidos: al menos 18 mueren a causa de la intensa ola de calor en Arizona
Reflectividad, sombreado, vientos y agua
Los “techos fríos” forman parte de otro tipo de iniciativas en las que no se usa infraestructura verde pero sí se reduce el calor, ya que al pintarse de blanco u otros colores o tejas de mayor reflectividad, “reducen el uso de energía del edificio hasta en un 20%”, según el portavoz de C40 Cities.
En el mismo sentido van los “pavimentos fríos”, de colores más claros o con hormigón permeable o asfalto poroso.
Existen por otra parte medidas vinculadas a la “infraestructura azul”, asociadas al uso del agua, con corredores fluviales, fuentes, bebederos en plazas.
También hay soluciones en función del viento. Para el caso de Piura, deberíamos aprovechar los vientos de sur a norte para así refrescar los distintos ambientes urbanos y de edificaciones, básicamente de viviendas.
PUEDES LEER ? Piura: sector pesquero en crisis por fenómenos climatológicos
Cambios en la planificación y hábitos de las personas
Así como se puede pensar en cómo adaptar a las ciudades al calor extremo, se puede pensar en cómo adaptar a las personas que viven en ellas. Por ejemplo, adecuando los horarios de ingreso y salida de las escuelas, fechas de inicio y finalización de los ciclos lectivos.
En muchas ciudades del país, como es el caso de Piura hace algunos años atrás, estuvo casi institucionalizado el horario de la siesta, y eso es una buena práctica. Porque lo que hace, entre otros ejemplos, es tener el comercio cerrado en los horarios de mayor calor. Esto se podría extender y protocolizar.
Debemos recuperar los clubes de barrio y pensar en polideportivos municipales para que haya piscinas públicas a un precio accesible, sobre todo para los jóvenes. En Piura, es urgente rehabilitar o reconstruir la piscina olímpica municipal, ubicada en el complejo deportivo Miguel Gerónimo Seminario y Jaime, en pleno centro de Piura, cerrada desde hace más de 25 años. Es una tarea de relativo poco presupuesto, pero con un gran impacto sanitario, deportivo y social para miles de pobladores de la zona.
PUEDES LEER ? Piura: presentan cuatro fichas técnicas para mitigar los efectos de El Niño
Corredores verdes
En este mismo sentido se proponen los corredores verdes y de arborización, coincidentes con las principales avenidas de nuestra metrópoli, como son las avenidas, Don Bosco, Av. Grau, Av. Sanchez Cerro, Av. Andrés A. Cáceres, Av. Sullana, Av. Guardia Civil, Av. Los Tallanes, entre otros, estimándose en aproximadamente 35 km de vía urbana.
Beneficios más importantes que proveen los árboles en el ambiente urbano:
1. Control de contaminación ambiental.
2. Reguladores de clima.
3. Control de la erosión y estabilización de taludes.
4. Protección de cuencas y cuerpos de agua.
5. Paisaje. Los árboles hacen más funcional la arquitectura urbana. Protegen y constituyen focos de atracción visual gracias a sus múltiples formas, volúmenes, sombras y colores.
6. Recreación. Son lugares de juego, deporte y esparcimiento; espacio para la reflexión y contemplación de la naturaleza, además de que constituyen magníficos escenarios, talleres y laboratorios para la educación y formación biológica y ecológica de la ciudadanía. La OMS recomienda 9 M2 de área verde por habitante.
7. Aporte cultural y simbólico. Para muchas culturas, el árbol es símbolo de longevidad y poderes divinos e incluso de relación con la formación de la vida.
PUEDES LEER ? Madrid sobre retraso en cuencas ciegas: “Están jugando con la vida de miles de piuranos”
Por otro lado, la arborización urbana, debe estar incorporada en nuestro país, dentro de los planes, programas y presupuesto de la salud pública, como factor de salud mental y preventiva.
La arborización urbana es una ciencia que propone la convivencia entre especies, generando conciencia ambiental, confort, paisaje, protección frente a eventos de la naturaleza, identidad social y cultural, recreación, salud mental y coadyuva en acciones preventivas en la salud pública, en el escenario de nuestras ciudades.
En los últimos años creció la cantidad de “techos verdes”, en los que se cubre el techo de una casa o edificio con una capa de vegetación; como una de las acciones de protección contra este fenómeno de las altas temperaturas y cambio climático.
