Las mujeres en el Perú vienen luchando arduamente por demostrar, sobre todo a sí mismas, que son capaces de aportar y alcanzar la independencia valiéndose de sus habilidades y ánimo de superación. En nuestra región, la tendencia es la misma.
Marcia Rojas Belletich
En Perú, según el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) sobre la demografía empresarial, en el IV trimestre del 2019, del total de empresas constituidas como personas naturales, el 53,3% las conducían mujeres, superando la cifra del año anterior (52,9%). Además, la Asociación de Emprendedores de Latinoamérica ubicó al Perú en el primer lugar del ranking de países con mayor número de mujeres emprendedoras. Está claro que la tasa de participación femenina en la constitución de los negocios se mantiene y que no es un hecho aislado.
En medio de este panorama, en Piura, el porcentaje de empresas creadas por mujeres (54,6%) supera al de los hombres.
Emprender un negocio propio significa para las piuranas una oportunidad para poner su talento y pasión al servicio de la comunidad sin depender de nadie.
Las ideas de negocio
Muchas veces, las mujeres obtienen las ideas para sus emprendimientos en su entorno, su hogar o centro de estudios. Toman lo aprendido en su día a día y siguen investigando hasta convertir la idea en un plan viable.
Ninoska Vilela (53) es la creadora de Orgánicos Don José, empresa dedicada a la producción de snacks saludables, cuyo producto bandera es el chifle de banano orgánico. Su negocio surgió de su experiencia personal. Su madre, a quien le encantaban los chifles, enfermó y no podía consumir cualquier alimento, entonces ella decidió que, si no había un producto suficientemente saludable en el mercado, bien podía hacerlo ella. Al fallecer su madre, su hija la motivó a emprender: “Me dijo ‘si pudimos ayudar a la abuela, por qué no podemos ayudar a más gente y darles la alternativa de un chifle sano’”.
La filosofía de trabajo de la empresaria y de su hija Tessy les ha permitido ganar reconocimientos como el premio de Sierra y Selva Exportadora a Negocio Innovador, el Premio Éxito Emprendedor de la Cámara de Comercio Empresarial, y el International Arch of Europe Award, a la calidad del producto, en Alemania. “Nuestra filosofía es hacerle la lucha a tanto químico y demostrar que se puede comer un chifle o un dulce saludables”.
Betty Maza (69) inició su negocio, Confecciones Betan’s, hace treinta años. Ella vive de su pasión de siempre, pues aprendió desde muy niña el arte de la costura viendo a su madre. Sus primeras modelos fueron sus muñecas y después sus hermanas. “Yo veía a mi madre coser, y le decía yo voy a ser modista. Ella me decía ‘te vas a morir de hambre’ y yo le respondía, ‘pero yo voy a ser de escuela porque voy a estudiar’. A los 8 años aprendí a manejar su máquina, una Singer”. Tal como lo dijo, Betty estudió en la academia Aguja del Hogar, la única que existía en esos tiempos, y en el Senati, después se dedicó a enseñar. “Pensaba ‘si soy maestra, debería tener un taller, porque el día que me jubile, ¿qué hago? Yo siempre me he proyectado”, explica orgullosa.
Las jóvenes Johanna Garrido (28) y Jazmín Mauriola (24) encontraron la inspiración en medio de una investigación. La primera lo hizo mientras estudiaba el mercado para la marca de miel y algarrobina de su familia, de la cual estaba a cargo. “Fuimos a una feria en Lima, me di cuenta del mercado ecológico que había empezado ahí hacía unos 5 años, pero que a Piura aún no llegaba”. Tras ese primer momento, Johanna visitó distintas tiendas y contactó a posibles proveedores. Cuando regresó a Piura, tenía ya el objetivo de abrir su propia tienda de productos ecológicos y orgánicos; así nació Mama Sara.
El nombre es en honor a una doncella incaica que no quería casarse y que fue convertida por el dios Inti en diosa del maíz para evitarlo. Garrido comenta que trabajan en base a alianzas estratégicas con otras marcas piuranas. “Decimos ‘somos una tienda ecológica y queremos brindarte un espacio, sin cobro, donde puedas brindar tus productos y cada sábado hacer degustación o exhibición”, comenta. De esa manera, espera que la gente conozca otros emprendimientos piuranos y, al mismo tiempo, su negocio gana en reconocimiento y ventas.
La marca de Jazmín Mauriola, Atris, es una de las beneficiarias de estas alianzas estratégicas. Este emprendimiento, ganador del Reto Biodiversidad 2017, ofrece perfumes, jabones, hidrolatos y aceites naturales. La idea le llegó hace unos 6 años, cuando estaba en segundo año de la especialidad de Ciencias Biológicas. Empezó una investigación base en la sierra para identificar las especies de orquídeas de la región, allí le surgió la pregunta “¿Y si con ellas podemos elaborar algo más?” No paró hasta obtener su respuesta. “Los resultados han sido positivos, este es nuestro tercer año. Tenemos varios puntos de venta en Piura, Tarapoto y Moyobamba y siempre estamos yendo a ferias, tenemos buena aceptación del público”, afirma.
Las motivaciones y las trabas
Puede haber muchos motivos para iniciar una empresa. Casi siempre es una necesidad: económica, de independencia, y, en varias oportunidades, una necesidad del alma, que busca hacer lo que le apasiona.
Brenda Silupú, exdirectora del Centro de Asesoría Microempresarial de la Universidad de Piura, habla del aspecto maternalista de una mujer, que la impulsa a buscar la forma de sustentar a su familia. Lo hacen, comenta, pese al poco nivel de educación que puedan tener y, generalmente, en base a habilidades adquiridas en el entorno familiar. Emprenden, aunque sea, pequeños negocios tradicionales que no implican mayor capital. “Las mujeres son responsables de la economía de su familia y tratan de darle mejores oportunidades de las que ellas han tenido”, explica. Añade que la mujer tiene habilidades innatas que el hombre no, por lo que es más factible que pueda manejar una empresa. “Saber organizarse, planificar, ahorrar, desarrollar múltiples funciones, son capacidades necesarias para dirigir un negocio. Por eso, están teniendo tanto éxito en el sector empresarial”, argumenta.
Comparte esa forma de pensar, en reciente visita, la presidenta de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), María Isabel León, la primera mujer en ocupar dicho cargo. “Las mujeres tenemos a veces un sexto sentido más desarrollado que los hombres y podemos, quizás, prever unas necesidades distintas e ingeniárnoslas para que sean cubiertas en el rubro de los servicios”.
Es muy importante que el negocio que se emprenda le guste a la mujer, así podrá seguir adelante. La señora Betty es claro ejemplo. Ella ama la costura, y aunque su deseo de trabajar significó que su marido la dejara, no se arrepiente. Se propuso demostrar que podía tener éxito por sí misma. “La mujer debe tener esa libertad de forjarse solita. Quién dice que necesita un hombre para salir adelante, yo no lo he necesitado”. Ella aprovecha el don que tiene y confecciona ropa para los niños más necesitados. “Dios me ha premiado y tengo que agradecer de diferentes formas”, razona.
La creadora de Atris afirma: “El tema de salir adelante por nuestra cuenta motiva, creas tu negocio en base a lo que te gusta, ganas dinero por ello y no tienes que depender de nadie”. Ella, además, dicta talleres de ciencia en las escuelas. Intenta incluir a las mujeres, desde pequeñas, en ese ámbito.
“Una mujer aporta a lo que hace: pasión, amor, perfeccionamiento. Por ejemplo, a mí me encanta la cocina, entonces siempre veo que el chifle salga de buena calidad”, comenta Ninoska. Para ella, la mujer no se debe rendir ante las trabas burocráticas o la falta de oportunidades que, considera, sí tienen los hombres. Ella no cedió ni cuando en los cursos de producción le decían “Pero ¿mujer? ¿para las altas temperaturas de los chifles? Es bien raro”, y en los bancos “¿mujer para producción de chifles? ¿cuánto tiempo tiene la empresa?”.
El restringido acceso a créditos y a capacitaciones es una de las limitaciones que enfrenta la mujer emprendedora, de acuerdo con Silupú. Pese a ello, las mujeres presentan una menor tasa de morosidad. “Están demostrando un mayor compromiso que los hombres en relación con sus deudas. Se deberían crear productos financieros dirigidos a la mujer emprendedora porque está probando ser más responsable al administrar sus créditos”, propone.
La mujer ha confirmado con creces que es capaz, simplemente debe arriesgarse para conseguir lo que quiere y no temer al fracaso, porque “equivocarse es pagar derecho de piso”, explica Tessy Vilela. Su madre añade: “Todas tenemos ideas, todas sabemos hacer algo, lo que falta, a veces, es decidirse y decir ‘esto a mí me sale bien y lo voy a perfeccionar’”.
Cada día, la mujer lucha por ganar un protagonismo positivo, a través de su trabajo y de su empuje, esquivando obstáculos. Porque, como dice Johanna, “El machismo siempre va a existir, pero las oportunidades las creas tú”. Y, eso hay que celebrarlo.