El Risotto de langostinos, una receta muy fácil de hacer con la que disfrutarás de un sabroso marisco sin gastar demasiado dinero. Es perfecto para servirlo cuando tenemos invitados en casa, aunque la sencillez de su elaboración te animará a prepararlo para cualquier cena o comida de diario.
Ingredientes
- 300 g de arroz de grano corto (arborio, carnaroli, bomba…)
- 600 g langostinos (también pueden ser gambones o gambas)
- 1 cebolla
- 1,5 litros de agua
- 1/2 vaso de vino blanco
- 20 g de mantequilla
- 30 g queso parmesano
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- azafrán (unas 10 hebras más o menos)
- cebollino o perejil para decorar el plato (opcional)
Preparación
Preparar el caldo con los langostinos
- Pela los langostinos, retira las cabezas y reserva los cuerpos.
- Echa un chorrito de aceite de oliva virgen extra en una cazuela amplia y, cuando esté caliente, tuesta las pieles de los langostinos y las cabezas. Con la ayuda de una cuchara de palo o similar, aplasta bien las cabezas para extraer el jugo que hay en su interior.
- Al cabo de unos 5 minutos de tostado agrega el agua, un pelín de sal y deja todo cocer durante media hora más o menos. Si puedes tapar el recipiente, mejor.
- Pasado este tiempo, cuela el caldo con la ayuda de un colador de malla fina. Este detalle es importante para que no se escape ningún resto de cáscara. Mientras realizas esta operación, presiona las cabezas de los langostinos contra el colador. De esta manera aprovecharás todo el sabroso líquido que se haya quedado en su interior. Finalizado este proceso, reserva el caldo.
Hacer el sofrito y preparar los langostinos
- Para darle un poco más de sabor al risotto vamos a preparar un sofrito. Para ello pela la cebolla y córtala en brunoise, es decir, en cubitos pequeños.
- Añade un buen chorro de aceite a una cazuela. Cuando haya tomado un poco de temperatura, incorpora la cebolla y una pizca de sal. Pocha la cebolla a fuego suave hasta que esté ligeramente transparente y muy blandita. No tengas prisa en realizar este paso, pues la cebolla no se tiene que llegar a dorar ni tiene que coger color.
- Mientras, elimina el intestino de los langostinos el cual puede contener tierra y estropear este delicioso arroz. El intestino es un hilito negro que encontrarás a lo largo de la parte superior del cuerpo de este crustáceo. Para retirarlo, cógelo con los dedos y tira de él suavemente.
- Una vez limpios, reserva 4 langostinos o uno por cada ración que estés preparando. Calienta un poco de aceite en una sartén y cocina los langostinos a la plancha hasta que se hagan. Estos langostinos nos servirán para decorar y hacer más vistoso el emplatado.
- Corta el resto de colas de langostinos en trozos pequeños y resérvalos también.
Terminando de hacer el risotto de langostinos
- Cuando la cebolla esté lista sube un poco el fuego, añade el arroz y sofríelo un par de minutos. Incorpora también las hebras de azafrán.
- Agrega el vino blanco y deja que se evapore el alcohol.
- Ahora llega el paso más importante del plato, cocinar el arroz, durante el que tendrás que añadir poco a poco el caldo de langostinos. Este tendrá que estar caliente para no cortar la cocción. Comienza por mojar el arroz con un par de cucharones de líquido y no agregues más hasta que el arroz lo haya absorbido por completo. Procede así hasta terminar el caldo. Cada vez que incorpores más líquido remueve el arroz suavemente con ayuda de una cuchara de palo o utensilio similar. No es necesario que estés meneando la cazuela constantemente, pero sí que lo hagas de manera frecuente.
- Cuando el arroz lleve unos 15 minutos cocinándose, incorpora los langostinos. La intención es añadirlos al final de la cocción para que no queden secos.
- Pasados unos 20 minutos de cocción, durante los que habrás añadido todo el caldo, el arroz estará listo. Deberá quedar ligeramente al dente, cremoso pero sin estar pastoso ni apelmazado. Te recomiendo ir probándolo para comprobar que tiene el punto adecuado.
- Agrega la mantequilla y el queso parmesano, los cuales se derretirán con el calor remanente y potenciarán la untuosidad del plato. Remueve el arroz para que se repartan bien todos los ingredientes y rectifica de sal.
- Finalmente sirve el risotto bien caliente. Decora cada plato con alguna hierba picada (cebollino, perejil…) y el correspondiente langostino a la plancha que habías reservado. Y, como dirían los italianos, ¡buon appetito!