Cuando el niño nace, el ojo es inmaduro hasta que tiene entre siete u ocho años. Las anomalías oculares que no se diagnostican de manera precoz provocan problemas en el desarrollo de la visión.
Los efectos de refracción, llamados defectos de gafas. es uno de los problemas frecuentes. Impiden que impiden que se vean con claridad, la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo. Se deben detectar precozmente pues provocarían problemas en el aprendizaje y deben ser corregidos a tiempo.
El ojo gandul, vago o ambliópico es el que no se ha desarrollado en la infancia y tiene menos visión que el otro. Puede ser tratado antes de los ocho años. Las causas son el estrabismo, los defectos de refracción y enfermedades oculares que impiden que la luz llegue a la retina. Se debe forzar al niño a utilizar el ojo vago para que se habitúe, tapando el ojo bueno.