La explotación de niños para la mendicidad y trabajo –parece-, se ha vuelto “normal” en las calles de Piura.
Hoy no sorprende ni conmueve a muchos que bebes y niños menores de tres años, somnolientos (no se sabe si drogados) y cargados por adultos (extranjeros en su mayoría) hayan tomado los semáforos de las vías más céntricas de la ciudad.
En otras zonas, menores de diez años venden caramelos, chocolates y limpian parabrisas por unas monedas, mientras son vigilados por un adulto. Estas dramáticas escenas montadas por supuestos indigentes, desocupados y migrantes se repiten todos los días con los mismos sujetos (jóvenes todos ellos) y los mismos niños.
¿Alguna institución de protección de niños y adolescentes se ha preocupado por la situación de estos menores? Existen instituciones protectoras como las Demunas, Inabif; Defensoría del Niño y Adolescente; hasta el ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, pero hasta ahora no hay solución al serio problema de explotación infantil que se escenifica a diario en nuestras calles; mucho menos se sabe algo de aquellos niños explotados en talleres, fábricas y casas.
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